El control
de Emociones en el Trabajo: Una Revisión Teórica del Trabajo Emocional.
Esther GRACIA
Isabel MARTÍNEZConsultado en http://www.uji.es/bin/publ/edicions/jfi10/psi/10.pdf
ABSTRACT
Los trabajos de
prestación de servicios se caracterizan por requerir un contacto directo con el
cliente, paciente o usuario, la mayor parte de la jornada laboral. Por ello,
los empleados que trabajan con personas deben controlar sus emociones durante
sus interacciones laborales.
Este control
emocional, conocido como Trabajo Emocional (Hochschild, 1983), no es una
reacción natural del empleado, si no que se trata de una parte más del trabajo
exigido por el puesto y por lo tanto puede ocasionar problemas tanto a nivel
psicológico como a nivel mental.
El objetivo de este
trabajo es la de conocer la trayectoria que ha seguido el concepto desde su aparición
en 1983. Para ello se ha realizado una revisión exhaustiva de los estudios más
importantes relacionados con este concepto, permitiéndonos conocer tanto su
definición, características, antecedentes, estrategias de afrontamiento y
consecuencias que producen tanto positivas como negativas en la salud de las
personas.
El concepto de
trabajo emocional fue acuñado por Hochchild en 1983 mientras analizaba el
trabajo de las azafatas de vuelo. Ésta, fue consciente de que las azafatas
pasaban la mayor parte de la jornada laboral atendiendo a los clientes y
expresando emociones. Es decir, su trabajo requería un contacto directo con el
cliente la mayor parte de la jornada laboral; y las azafatas no solo debían realizar
tareas físicas o mentales, si no que también debían expresar y controlar sus
emociones durante las interacciones que realizaban durante su jornada laboral,
ya que lo exigía así el puesto.
Hochschild siendo
consciente de que estas características pueden atribuirse a todos aquellos
trabajos en los que la presencia del cliente o del paciente se produce la mayor
parte del tiempo, define el conceptode trabajo emocional como el control de
los sentimientos para crear manifestaciones corporalesy faciales observables
públicamente. Y para que el Trabajo Emocional no sea confundido con otros términos,
establece una serie de características:
•
Ocurre
en interacciones cara a cara o voz a voz
•
Las
emociones son mostradas para influir en las emociones, actitudes y conductas de
las personas.• Se produce en aquellos trabajos relacionados con personas, es decir en el sector servicios.
• Es una tarea secundaria que la mayoría de las veces sirve para facilitar el trabajo.
• Toda interacción social sigue ciertas reglas, para cada situación existen emociones más apropiadas.
Posteriormente
aparecen una serie de definiciones más elaboradas: También Ashforth y
Humprey (1993): Acción de expresar la emoción apropiada (aquella que prescriben
las normas de expresión).
Grandey(2000):
Proceso de regulación emocional que tiene lugar en contextos laborales.
Zapf(2002): procesos
psicológicos y acciones que permiten al individuo alcanzar alguno de los objetivos
que le asigna la organización.
Martínez-Iñigo
(2001): Todos aquellos procesos psicológicos y conductas conscientes y/o
automáticas que se derivan de la existencia de normas organizacionales sobre la
expresión emocional o sobre ambas, que regulan las distintas interacciones
implicadas en el desempeño de un puesto y que pretenden facilitar la
consecución de objetivos organizacionales sobre la expresión emocional
asociados con el logro de otros objetivos, operativos y/o simbólicos de mayor
orden.
Además, diversos
autores señalan que, existen diferentes estrategias mediante las cuales la
persona puede controlar sus emociones para expresar la deseada para su puesto
de trabajo. Recientes estudios ponen de manifiesto que, pueden tres tipos de estrategias
(Erickson y Ritter, 2001; Diefendorff, Croyle y Gosserand, 2005 )
1. Regulación
emocional automática o emociones sentidas de forma natural (NE). Existen casos donde
las emociones requeridas son experimentadas de forma espontánea y genuina. La
emoción en este caso se realiza en ‘modo automático’, la enfermera actúa pero
no a nivel consciente. Esos procesos se perciben sin esfuerzo emocional, se
produce la llamada ‘armonía emocional’ (concordancia entre la emoción
sentida y la esperada por la organización).
2. Actuación
superficial (SA). La actuación superficial se da cuando los empleados intentan
controlar los aspectos visibles de las emociones que se muestran en la
superficie y pueden ser detectados durante la interacción con el cliente.
En esta estrategia
emocional puede existir ‘disonancia emocional’ entre los sentimientos
internos y la expresión externa que persiste durante la interacción. Algunas
veces es problemática, ya que los clientes esperan algo más que la emoción
superficial del empleado. Es decir, la conformidad mecánica con la normas de
manifestación de las emociones no es suficiente para el receptor del servicio.
3. Actuación profunda
(DA). Esta ocurre cuando los empleados intentan influir para realizar
correctamente el rol que se espera de ellos. En este caso, no solo es regulada
la expresión de la emoción sino también la experiencia de la emoción. Por lo
tanto, se necesita invocar pensamientos, imágenes y recuerdos para inducir
cierta emoción (ej. pensar en un pasajero difícil como si fuera un niño, que no
es responsable de su conducta y actuar en consecuencia).
Esta estrategia se
requiere cuando la actuación superficial es demasiado mecánica para satisfacer las
expectativas de los clientes de una relación interpersonal auténtica.
A partir de 1983,
multitud de estudios han tenido como objetivo el conocer más en profundidad
este concepto, así como sus consecuencias y sus causas. Sin embargo, muchas de
estas investigaciones han obtenido resultados contradictorios que nos señalan
la poca información que tenemos sobre el concepto, la complejidad que subyace
sobre sí, la dificultad para operacionalizarlo y, por lo tanto, la necesidad de
realizar una mayor cantidad de estudios para clarificarlo más.
Algunos de los
estudios más relevantes señalan algunos aspectos fundamentales que influyen o son
influidos por el Trabajo Emocional. A continuación recogemos los hallazgos más
relevantes de cada uno de estos:
Los primeros estudios
de Hochschild nos informaron que la frecuencia de emociones no sentidas por el
empleado provocaba peores repercusiones en su salud psicosocial, sobre el
Burnout (Hochschild, 1983). Además, otros autores señalan que puede llevar a la
alienación y a la fatiga.
Un estudio
recientemente elaborado por Diefendorff, Croyle y Gosserand (2005) señala que
la frecuencia de las interacciones correlaciona positivamente con las
estrategias de actuación (profunda y superficial) de Trabajo Emocional y
negativamente con la expresión de emociones sentidas naturalmente.
Según Hochschild,
también la duración influye sobre las consecuencias del TE. Se ha encontrado
que cuanto más larga es la duración del control de la emoción, más
consecuencias negativas se producen.
Erikson y Ritter
(2001) señalan que cuanto más tiempo interactúan las personas, mayores niveles de
Burnout sufren. Sin embargo, en estudios anteriores, se encontraron efectos
inversos (Erikson y Wharton, 1997).
Más específicamente
Diefendorff, Croyle y Gosserand (2005) señalan que la duración de las
interacciones correlaciona positivamente con la estrategia de actuación
profunda (DA).
Suprimir emociones
negativas es diferente a manifestar emociones positivas no sentidas; ya que las
causas y los efectos son totalmente diferentes (Fisher y Ashkanasy, 2000). Así por
ejemplo, algunos autores señalan que ambas producen síntomas físicos, aunque
los que expresan emociones positivas y tienen alto compromiso con la
organización sufren menos efectos negativos que si el compromiso es bajo.
Mientras que los que deben suprimir emociones negativas sufren más si puntúan
alto en afectividad negativa.
En cuanto a los
diferentes efectos que produce el tipo de emoción, Erickson y Ritter, (2001)
señalan que experimentando emociones positivas naturales se disminuye el BU y
por lo tanto se mejora la salud laboral.
También Diefendorff,
Croyle y Gosserand, 2005 encuentran diferencias en cuanto al tipo de emoción.
Si en una organización, las reglas de expresión de emociones son de carácter
positivo, esta correlaciona positivamente con el uso de estrategias de
actuación profunda; mientras que si las reglas son de inhibición de emociones
negativas, se correlaciona de forma positiva con la actuación superficial.
Es decir, según las
reglas exigidas por la organización en cuanto a la expresión o supresión de un
tipo u otro de emociones, puede llevar al empleado a utilizar una u otra
estrategia.
GÉNERO Y EDAD
Aunque el estudio
llevado a cabo por Erickson y Ritter (2001) demostró que no había diferencias
de género ni de edad ante el control de emociones y las repercusiones que estas
tenían en su bienestar psicológico. Multitud de autores señalan que existen
diferencias; ya que, las mujeres tienen más capacidad para desarrollar mayores
niveles de TE (Grandey, 2000; Hochschild, 1983; Schaubroeck y Jones, 2000)
Las características
situacionales de un determinado puesto de trabajo, determinan el manejo de las emociones
de una forma adecuada o no apropiada.
Así por ejemplo, la
autonomía ejerce un papel fundamental para disminuir los efectos negativos del
TE. Ésta es uno de los factores que más afecta a las consecuencias que pueda
acarrear el TE junto a la rutina (Erickson y Ritter, 2001;. Morris y
Fieldman;1997).
Además, Diefendorff,
Croyle y Gosserand (2005) en su estudio señalan que la rutina de las
interacciones sociales correlaciona positivamente con la estrategia de SA y
negativamente con DA y con la expresión de de emociones sentidas naturalmente.
Según Diefendorff,
Croyle y Gosserand, (2005) las variables disposicionales (extraversión,
neuroticismo…) son mejores predictores del uso de estrategia de SA. Así como,
la extraversión correlaciona negativamente con SA y el neuroticismo
correlaciona positivamente con SA y negativamente con la expresión de emociones
naturalmente sentidas. Es decir no solo nos afectan los aspectos situacionales si
no que el TE depende de variables disposicionales del empleado.
Las estrategias
utilizadas también pueden considerarse un determinante de los efectos del TE ya
que según se utilicen unas u otras el sujeto se expone en mayor o menor medida
a los efectos negativos del TE. Así por ejemplo el experimentar emociones
naturales, es totalmente “sano” mientras que una actuación superficial puede
producir ‘disonancia emocional’ entre los sentimientos internos y la expresión
externa que persiste durante la interacción.
CONSECUENCIAS
En esta tabla puede
observarse de forma resumida algunas de las consecuencias que se producen como consecuencia
del Trabajo Emocional:
NEGATIVAS
|
PERSONAL
|
ORGANIZACIONAL
|
BURNOUT
ALIENACIÓN
|
DISMINUCIÓN DEL
RENDIMIENTO
ABSENTISMO
|
|
EXTRAÑAMIENTO DEL
ROL
DOLENCIAS
CARDIOVASCULARES
|
ROTACIÓN
|
|
POSITIVAS
|
SATISFACCIÓN
LABORAL
LOGRO PERSONAL
|
REDUCE AMBIGÜEDAD
PUESTO
ENRIQUECIMIENTO DEL
PUESTO
|
AUMENTO EMOCIONES
AUMENTO AUTOESTIMA
|
POSITIVAS MEJORA
RELACIONES INTERPERSONALES
CONFIANZA EN LA
ORGANIZACIÓN
|
|
AUMENTO CONTROL
LABORAL
|
Uno de las
consecuencias a las que se asocia generalmente el TE es al síndrome de burnout
o síndrome de “quemarse por el trabajo”, Otra consecuencia del TE es la alienación
y extrañamiento del yo, es decir tener problemas para distinguir cuando es él o
cuando está simulando o, incluso, producir interferencia con la ejecución de
roles privados, dificultad para desconectar y regular sus emociones en el
ámbito privado.
El TE también puede
llegar a producir algunas dolencias psicosomáticas, así por ejemplo, La supresión
de emociones incrementa la activación cardiovascular con efectos negativos a
largo plazo.
Esta relación
disminuye cuando aumenta la identificación con el puesto y con el compromiso
organizacional.
No obstante, el TE
también puede tener efectos positivos derivados de la interacción con personas como
satisfacción laboral y logro personal. Por ejemplo, mediante el contagio
emocional, se produce un fomento de las emociones positivas (una sonrisa se
responde con otra) tanto entre empleados como entre empleados y receptores del
servicio; provocando además, un aumento de la autoestima del que realiza el
servicio y de la percepción de control laboral
Estas consecuencias
personales, a su vez, repercuten sobre la organización tanto de forma positiva como
negativa: Así por ejemplo, la regulación de emociones puede disminuir el
rendimiento, la rotación y el absentismo, sobretodo si el empleado no disfruta
de suficiente autonomía en el puesto.
Sin embargo, el TE
puede amortiguar el efecto de algunos estresores laborales como la sobrecarga y
los conflictos de rol. Esto es debido a que, las normas emocionales ofrecen una
guía, que puede ser útil para resolver dudas y reducir la ambigüedad y la
incertidumbre en la definición del puesto. De esta forma, produce un
enriquecimiento del puesto y reduce el potencial negativo de los efectos del trabajo.
Además, a nivel
organizacional, mejora las interacciones sociales. El TE hace que la
interacción social sea más predecible y ayuda a superar situaciones
embarazosas. Por lo que desarrolla una confianza en la organización.
El trabajo emocional
siempre será un requisito indispensable para desempeñar puestos de trabajo que supongan
relación interpersonal. Por lo tanto, es previsible que cada día sea más
importante tenerlo en cuenta. De cara a prevenir posibles implicaciones
negativas sobre la salud de los trabajadores.
La solución más
factible es desarrollar estrategias mediante las cuales se puedan reducir las
consecuencias negativas del trabajo emocional y fomentar las positivas,
favoreciendo la promoción de la salud integral y la calidad de vida laboral de
los trabajadores.
Por ello,
primeramente existe la necesidad de fomentar los estudios dirigidos a conocer
las características y consecuencias de este constructo de naturaleza tan
reciente y; sobretodo, encontrar el consenso dentro la comunidad científica.
¢ Ashforth, B. E., y
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